domingo, 18 de diciembre de 2011

Dante



Tengo raíces cadavéricas deformes,
ocupadas por tornillos que se envisten,
desde el núcleo más recóndito,
hasta la punta de mi nariz.

“El infierno es la proximidad sin intimidad”
Olerte sin morderte y ser acuanauta sin navegarte los fluidos.
Besarte sin tocarte los bordes y beberte sin beberte.
Decir hola, exclamar otra cosa con los gestos y palparte los senos
desde dentro, hasta ocuparte por fuera las sonrisas
y observarte las manos que no han podido ocupar su trabajo primigenio:
Escarbarme las entrañas a partir de la línea que queda justo en medio de los labios.